Señor mira mi corazón,
donde la semilla del trigo se ha sembrado,
pero donde la cizaña también ha conseguido espacio.
Señor conduce tus pasos
por ese campo que palpita
y separa de mi la cizaña del mal
y guarda el trigo del bien
que ha germinado por el riego de tu palabra.
Señor llegara el tiempo que enviarás
a tus segadores a separar
tu trigo bendito de la cizaña cegadora,
porque tu palabra es santa,
bendito seas Señor.